Si juegan, nos la jugamos todos.
Aprovechando que esta noche vienen los reyes nuestra entrada de hoy está dedicada al software de entretenimiento más vendido ocupando el 40% del total del consumo del ocio audiovisual en nuestro país: el videojuego.
Según el nuevo informe de amnistía Internacional se ha comprobado que niños y niñas, en algunos casos de sólo nueve años, y sin estar acompañados por una persona adulta, pueden comprar sin ninguna dificultad videojuegos para adultos, tanto en grandes superficies como en establecimientos especializados. En estos videojuegos se fomenta la violación virtual de derechos humanos. Esta es la primera conclusión del informe.
Según los datos el 78% de los niños entre 11 y 16 años de edad juegan con videojuegos.
Amnistía denuncia que el estado español está haciendo caso omiso de su responsabilidad de protección de infancia, a pesar de las normas internacionales de derechos humanos y derechos de la infancia y la adolescencia, el Estado Español “continúa apostando por la autorregulación voluntaria de las empresas de videojuegos”.
Según Dr. Francisco Javier Lavilla Royo, Especialista en Neurología:
El empleo incontrolado de estos juegos puede suponer un desorden grave en la vida de los niños y adolescentes. El jugador obsesivo, ha perdido el control sobre el juego. Es el propio juego el que marca hasta donde puede llegar. Habitualmente, se llega a esta situación de forma progresiva. Al principio el empleo de los videojuegos se hace de forma esporádica, a continuación la frecuencia aumenta hasta hacerse prácticamente diaria. En este momento la situación es de alto riesgo, advirtiéndose repercusiones sobre otros aspectos de la vida ordinaria. Si la adicción a los videojuegos va a más, el jugador puede acabar convirtiéndose según algunos autores en un verdadero ludópata. La vida del jugador gira en torno al videojuego, centrando en él todo el pensamiento y recurriendo incluso a mentiras o artimañas para seguir jugando. En este punto, se antepone el uso del videojuego a otras actividades como el deporte, la lectura o el contacto con los amigos. Se produce incluso una ruptura con la vida social, llevando a un aislamiento de consecuencias nefastas (potenciación del individualismo). En los casos más graves, la práctica excesiva de estos juegos lleva al niño a una huida del mundo real encerrándose en otro virtual. La atención puesta en el juego desarrolla un agotamiento y un cansancio del sistema nervioso con aparición de síntomas de depresión o ansiedad. Se produce en esos casos un deterioro en el rendimiento académico significativo apreciándose defectos en la capacidad de atención y un desinterés llamativo por las actividades escolares. Por último, estos niños pierden el control sobre sí mismos lo cual da lugar incluso a la aparición de síntomas de abstinencia cuando no pueden practicarlos o se les priva de su uso, unido a un comportamiento impulsivo y violento.
DESDE INFACION ESPERAMOS QUE LOS REYES OS TRAIGAN TODOS VUESTROS DESEOS... RECORDAD: SED BUENOS¡¡¡¡¡
5 comentarios
Makyavelick -
maria de la soledad de la flor garcia -
Donde hay un niño hay una, si los padres se lo compran muchas veces es por comodidad , porque asi no les molestan.
Hay muchos juegos que pueden ayudar a un niño y que no tenga violencia, los de futbol, los de coches...creo ¿Que hacen que los juegos mas violentos son los que mas se compran?
Comprar revistas pornos, comprar tabaco, comprar alcool esta prohibido para los menores de 18 años
¿Dimame como consiguen todo esto?
yo como madre de un niño que ha tenido varias consola de juegos playstation 1 y 2 PSP PLay 3 Xbox Wii y muchos de los juegos ya que como sabeis salen barato lo de la Play porque se pueden piratear.Yo en casa he tenido mas de 200 juegos. A mi hijo le ha gustado el futbol, estuvo en el equipo del pueblo , se relaciona con sus amigos. Los padres deben controlar lo que hacen sus hijos y vigilar para que puedan divertirse y aprender con todo lo que tengan a su alcance.
sonia -
Noni Timón -
Alvaro Delgado -